Una carta para unos amigos

Una carta para unos amigos

Hace 4 años por razones diversas se fueron del país  unos amigos muy queridos. La carta está tan bien hecha que decidí publicarla aquí. Espero que les guste!

Managua, 07 de Junio de 2016

Para Emilio y Maricarmen

Queridos Emilio y Maricarmen:

Lo único que sé regalar son letras. Me parece que en este momento es lo único adecuado para regalar, el resto se deshace, se pierde.  Creo que escribir es en la única cosa que estoy seguro en esta vida que Dios me ha dado el don de hacerlo bien y hasta me han pagado para ello, así es que tal vez ven por allí algún día un libro mío publicado o se los mando de regalo yo (modestia aparte)  (carita feliz).

Desde el primer día que los presentaron en Monte Tabor en la Eucaristía, con el otro matrimonio que se fue antes que ustedes, sabía que eran gente con la que se podría hablar, gente simpática y accesible. Siempre me quedé con esa idea y no me equivoqué.

Luego, al compartir con ustedes en la evangelización me convencí más, que si pudiera cambiar a mis abuelos los querría a ustedes, pero la verdad es que no son mis abuelos, son mis amigos, las personas con las que me he sentido más bien en los últimos tiempos, muchísimo tiempo. Con quienes puedo ser yo y ustedes quienes me han brindado afecto, consuelo, escucha, compañía, risas, compartires, de todo un poco y compartir en medio de la comunidad, además del equipo de catequistas y de la situaciones de nuestras vidas.

Ya te lo he dicho Emilio, me apena mucho que se vayan (pena, en el sentido moral), y me ha costado mucho entenderlo, pero las circunstancias se imponen, además que lo entiendo ya y este país es de extremos, pero qué extremos en todo sentido.

Maricarmen, gracias a ti he vuelto a las Eucaristías de los sábados. Es cierto. Sólo que para estas dos últimas no he podido ir. ¡Risas!

Ya me ven que soy muy nervioso, que muchas cosas me sobrepasan, que allí ando todavía buscando qué hacer con mi vida y aún no se. Me quedo con lo que me decías Emilio, quizás sirva para cura, no lo sé aún, pero me lo he replanteado y antes que me lo dijeras tú.

Intenté algo con una chica del Camino hace poco, pero no funcionó una vez más. No me quiero aplicar la pregunta ¿qué te quiere decir Dios con esto? Porque la verdad después de dos intentos en el Redemptoris Mater y uno en una congregación, los escolapios; ya a los 43 años quizás ya me acostumbré a estar soltero. Lo malo es que uno se vuelve un egoísta mucho más integral (como dice Kiko), pero es real.

Sé que mi vida es para el servicio. Les cuento algo que nadie sabe y es que le escribí a un Obispo emérito que ahora está en Perú, don José Gea Escolano, que trabajaba en Valencia, que se dedica a sus 86 años a dar consejos por Internet en Religión y Libertad, un portal católico. Me decía él, luego de contarle un poco mi historia que evidentemente lo que él más miraba es que mi vida debería estar consagrada como laico. Que hay muchos institutos de vida secular (que no se si son los que tiene el Camino en sus carismas), pero que por allí podría estar la respuesta. En mi caso, a mí en el Camino me han dejado libre, creo que mi catequista me conoce que soy muy influenciable y que cualquier decisión tiene que partir de mí para que funcione. Al final del Camino no me han dicho haz esto o lo otro. Simplemente me han dejado libre. Hoy puedo decir que el Camino es mi columna, y sin él ya estaría muerto físicamente.  Y sin el Camino no los habría conocido a ustedes, y a pesar que digo que es mi columna hago muy mal el trípode. ¡Qué contradicción!

Bueno, basta de hablar de mí. No puedo dejar de hacer esta carta sin decirles que estoy triste que se vayan a casa.

Yo igual espero verlos en España y muy prontito, porque si no las relaciones se enfrían. Creo que en nuestro caso no se enfriarán pues a mí se me da el género epistolar, me gusta mucho escribir cartas y sé que Emilio contestas los correos.

Solo estoy seguro que los voy a extrañar mucho, que me sentiré triste porque no estén aquí, que nunca nadie será igual a ustedes porque ustedes son únicos y que ya sé que es mejor que por ahora estén con su familia y en casa.

Encontré esto en el Internet, aplica para mí y estoy seguro que aplica para ustedes también:

«Una amistad no crece por la presencia de las personas sino por la magia de saber que aunque no las ves las llevas en el corazón…”

Siempre los llevaré en el corazón y aunque no estemos cerca físicamente lo estaremos juntos en el corazón como dice esta frase.

Hasta pronto, hasta muy pronto, los quiere, los lleva presente, los recuerda desde ya, un abrazo muy fuerte. Siempre cuenten con mis oraciones, espero contar con las suyas.

Roberto Menicucci

2ª. Comunidad de Monte Tabor

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