Seguir adelante…

Seguir adelante…

Esta frase sin duda plantea un pensamiento positivo, que con toda su fuerza lo es. Me lo comentaba un amigo que tiene un blog y en el que comenta sus luchas internas personales, que son muy interesantes y que le plantean siempre un reto.

Para él la frase termina  «seguir adelante para que veas el sol brillar y puedas encontrarlo más adelante». Este amigo lo plantea para sus luchas personales. La imagen del sol igualmente es muy fuerte, puesto que la luz solar lo llena todo, lo invade todo, ya sea física o mentalmente.

¡Cuántas veces en la vida nos planteamos si seguir o no seguir! En mi caso particular es extraño que me detenga para no continuar, siempre a pesar de lo que pueda pensar dentro de mi o los temores que pueda tener, me auto empujo y auto impulso porque muchas veces no es opción quedarse sin seguir adelante. Esta imagen del sol brillante es un recordatorio que más adelante el camino puede estar más claro de lo que se mira al principio y que los pasos iluminarán ese sendero que estamos auto trazando.

Estoy más que claro que la vida sin movimiento se estanca, se pudre, se acomoda en cualquier ámbito de la misma y que tenemos que ser muy cuidadosos para realizar un auto exámen periódico que nos pueda indicar cómo estamos.

Es verdad que cuando estamos estancados sin buscar «ese sol» y «ese movimiento» hay síntomas que denotan que no estás yendo para adelante, sino que estás parqueado.  Es básico tener una propia señal detonadora de síntomas, pero lastimosamente solo el tiempo o la reflexión propia son las que indican si acaso sigues buscando al sol más adelante o estás muy acomodado en tu realidad que no va para adelante ni para atrás.

Por supuesto que hay que seguir, no importan las circunstancias que siempre serán variadas o se pueden tornar amenazantes. Además, si acaso en el camino decidimos que se tiene que seguir otra ruta, no hay mejor opción que tomar otro rumbo, pero seguir.

Yo quiero ver el sol al final del camino. Lo voy a tener presente para saber que moviéndome voy a encontrar siempre la luz al final del sendero o las cosas que me lleven por un determinado camino siempre serán nuevas o diferentes. El punto es moverse y seguir buscando la luz, el sol y el camino que se hace al andar. ¡A moverse!

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