Cuando escribí mi primera entrada me decía una amiga que sin quererlo trasladé ese escrito a la niñez y me describí tal cual era, siendo un niño de 8 o 10 años cuando empezamos a conocernos. Según me decía ella desnudé mi personalidad donde sobresale la nobleza y el carácter para superar eventos y transformarme.
En lo de transformarse también entra en contacto con enfrentarme al miedo porque ha sido una constante en mi vida y en esa infancia de búsqueda allí siempre estaba el miedo, que he tenido que transformar para poder pasar página y seguir viviendo, moviéndome. Desde la infancia eran tantos que ya ni me acuerdo, sí eran algunos hacia cosas concretas, relacionadas a la vida diaria y cotidiana; y más profundas relacionadas a mis seres queridos más cercanos, a perderlos, a no tenerlos más o simplemente a pensar mucho en el mañana.
Al final del día, el miedo llega porque no puedes controlarlo todo. La fragilidad de la vida te hace querer controlarlo todo y es imposible, no hay manera. Si eres creyente, y yo creo en Dios, y lo he experimentado en mi vida, sin tener esa certeza que Dios existe porque lo he visto en hechos concretos te entra una total aflicción. Así es que el miedo no existe está en tu mente y es tu deber manejarlo y tenerlo a raya. Yo puedo, tu puedes, todos podemos.
Leave a Reply